El origen de la palabra “subasta” se sitúa en tiempos del imperio romano y proviene del latín “sub hasta” cuyo significado literal es “bajo lanza”.

“En Roma, una lanza hincada sobre un inmueble lo identificaba como propiedad del Estado, por lo que, cuando se llevaba a subasta algún bien de un deudor del Fisco, se clavaba una lanza sobre esa propiedad con la orden: sub hasta vendere (vender lo que está marcado por la lanza). De esta expresión surgió en latín el verbo subhastare (vender la propiedad identificada por una lanza), que llegó al español por vía culta en el siglo XVIII como subastar” (www.elcastellano.org)

Durante la mayor parte de la historia, las subastas han sido una forma relativamente poco común de negociar el intercambio de bienes y productos. De hecho el sistema de transacciones basado en subastas fue utilizado de manera esporádica hasta el siglo XVII.

Siglo XVII, nuevo sistema de comercialización del libro

El siglo XVII se caracteriza por la inestabilidad política, social, económica y religiosa, aunque también se distingue por ser el siglo de los grandes descubrimientos y de la expansión de las ciencias.

Es en esta época cuando aparecen las subastas como nuevo sistema de comercialización del libro.

La familia de editores Elzevir, cuyos libros se caracterizaron por su formato reducido, la claridad de sus tipos y por su bajo precio, establecieron una de las más importantes redes comerciales de libros en Europa e introdujeron las primeras subastas de libros con la distribución previa de los catálogos.

En aquel momento las subastas supusieron una alternativa satisfactoria tanto para el vendedor como para el comprador al permitir ajustar la oferta a la demanda, aunque no siempre de manera neutral ya que en ocasiones los libreros aprovechaban las subastas de libros por lotes para deshacerse de obras, que de otra forma habrían tenido difícil salida.

Las casas de subastas en el comercio del libro

El sistema de comercio de las casas de subastas tiene algunos elementos distintivos:

  • Casi todas se dedican al comercio de objetos diversos, no sólo libros.
  • La casa de subasta no compra el libro a subastar, actúa de intermediaria entre el comprador y el vendedor.
  • Las casas de subastas se ocupa de tasar los libros y acordar el precio con los propietarios, y de la elaboración del catálogo.
  • El sistema de venta es el de puja.
  • Una vez que se adjudica el libro, el comprador abona el precio, y lo retira o se le envía a su domicilio.
  • Derecho de tanteo. En España el Estado tiene reservado por ley el derecho de tanteo preferente, mediante la comparecencia de un representante del Ministerio de Cultura en la subasta. En las subastas en el extranjero el Estado español actúa en las mismas condiciones que cualquier otro particular.

En 1674 se estableció en Suecia una de las más antiguas casas de subastas, la Auction House y en el siglo XVIII aparecieron en Europa dos de las más importantes casas de subastas, la Stheby’s en 1744 y Cristie’s en 1766, que en la actualidad siguen siendo las más carismáticas y reconocidas del mercado de las subastas.

Fuente:

Pedraza Gracia, Manuel José (2003). El libro antiguo: demanda, oferta y comercio en internet. En SCIRE, Vol.9,N.2. Disponible en: http://www.ibersid.eu/ojs/index.php/scire/article/view/1471

Vico Belmonte, Ana (2008). El mercado de las subastas en el arte y el coleccionismo, desde sus orígenes a la actualidad. En: La inversión en Bienes de Colección, págs. 1-23. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2707428

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