Joaquín Ibarra está considerado como el máximo representante de la tipografía española del siglo XVIII.
Nació en Zaragoza en 1725 y durante su juventud residió en Cervera (Lleida), en cuya Universidad completó su formación alternando sus estudios con el aprendizaje del oficio de impresor en la Imprenta Pontificia y Real de la Universidad, de la que era regente su hermano Manuel Ibarra.
En 1754 se trasladó a Madrid donde fijó su residencia definitiva y estableció su imprenta.
Joaquín Ibarra, impresor notable e innovador

Marca de impresor de Joaquín Ibarra
Fue impresor del Rey, del Consejo Supremo de las Indias, del Arzobispo Primado, de la Real Academia de la Lengua, del Ayuntamiento de Madrid y director de la Compañía General de Libreros e Impresores fundada en 1763.
Dominó todos los aspectos relacionados con la elaboración del libro y por sus trabajos extraordinarios recibió entusiastas elogios de la sociedad de su tiempo, incluido el rey Carlos III que le visitaba frecuentemente en su taller.
Ibarra, de espíritu investigador, encontró en la situación que vivía la imprenta de aquella época un campo propicio para innovar:
«La prensa de imprimir era todavía de madera, la misma del siglo XV, apenas perfeccionada; los tipos se fundían a mano; que el imperio de las máquinas es cosa de nuestra época, y en España poco anterior a 1850. El papel se elaboraba a mano también, en tamaños reducidos; marquilla y marca mayor. Las tintas eran fabricadas por los mismos impresores, puesto que en nuestro país todavía no existía el comercio de ese ramo industrial. Era desconocida la prensa de satinar,…» (1)
Principales aportaciones de Joaquín Ibarra a la imprenta:
- Modificó el uso tradicional de las letras V titular y la S larga (semejante a una f), sustituyéndolas por sus equivalente U y S respectivamente.
- Creó un sistema mecánico que le permitía satinar la presión dejada por las formas tipográficas en el papel, eliminando así toda huella de impresión anterior.
- Preparó una tinta especial, de calidad y brillantez excepcionales, de la que se decía que elaboraba con una fórmula particular y secreta inventada por él.
- Aplicó una nueva técnica de justificación del tipo llamado “canon” que más tarde Founier y Didot convertirían en la unidad de medida tipográfica llamada cícero.
- Creó un nuevo tipo de letra, la Ibarra Real, diseñada para él por el tipógrafo Gerónimo Gil y el calígrafo Palomares, para la edición del Quijote de 1780.
- Comenzó a escribir metódicamente las observaciones técnicas hasta convertirlas en reglas. Partiendo de estas reglas en 1811 su discípulo José Sigüenza, publicó el primer manual de tipografía española titulado “Mecanismo del Arte de la Imprenta”.
Obras impresas por Ibarra
Las obras impresas por Ibarra se caracterizan principalmente por la elegancia, proporción, claridad y sencillez, y se distinguen por la nitidez y la fuerza de la tinta que empleaba y que al parecer elaboraba él mismo con una mezcla de Azul de Prusia.
En su mejor época la imprenta de Ibarra tuvo 15 prensas y más de 100 operarios. En su taller se imprimieron innumerables obras, la mayoría de contenido religioso aunque también se imprimieron libros de Derecho, Geografía e Historia, Ciencias y Artes, Gramática y Literatura, y obras de autores españoles y extranjeros: Campomanes, Floridablanca, José Clavijo y Fajardo, Pablo de Olavide, etc…
Para la elaboración de sus mejores obras contó con la colaboración de destacados grabadores para ilustrar sus ediciones, como Selma y Carmona.
Algunas de sus obras extraordinarias:
- El Quijote (1777-80) en cuatro volúmenes y con 37 ilustraciones originales realizadas por los mejores grabadores de la época. Fue impreso por encargo de la Academia de la Lengua en honor a Cervantes.
- El famoso libro de Cayo Salustio «La conjuración de Catilina y la guerra de Yugurta» (1772) con una tirada de 120 ejemplares en papel de hilo hecho a mano por los hermanos Guarro. Está considerada como una de las mejores obras impresas en España en todos los tiempos.
- El Misal Mozárabe de 1775 y la Historia de España del padre Mariana impresa en 1782, en cuatro volúmenes.
El trabajo de excepcional calidad realizado por Ibarra contó con el elogio y reconocimiento público de importantes impresores europeos como Francisco Ambrosio Didot y Juan Batista Bodoni y la admiración del resto del mundo.

La placa original fue sustituida. La actual es la que se ve en la imagen, que se encuentra situada en el nº 11 de la C/ Núñez de Arce de Madrid, antigua C/ Gorguera.
Joaquín Ibarra murió en Madrid el 13 de noviembre de 1785.
En 1923 el ayuntamiento de Madrid, en homenaje al más ilustre de los impresores españoles colocó una placa en la calle de la Gorguera 13 (situada en actual Barrio de las letras), en la que se puede leer:
“Aquí estuvo la casa de Joaquín Ibarra, gloria de la imprenta española. 1775-1785″.
Fuente:
(1) Homenaje del Ayuntamiento de Madrid al impresor Joaquín Ibarra, 1725-1785.[S.l. : s.n.], 1923 (Madrid : Oficina Tipográfica del Consejo de Madrid).Grandes maestros de la tipografía: Joaquín Ibarra y Marín. En: www.unostiposduros.com
Esta entrada es la respuesta a la pregunta semanal del Test mínimo: ¿Qué impresor del siglo XVIII se distingue por la nitidez y calidad de sus tintas? –> Consulta las respuestas.